Sabemos que lo típico que se suele echar al cocinar es, como dicen en los libros, "un chorrito de vino blanco". Como esto va de experimentar en la cocina, experimenté; y decidí cambiar el vino por coca cola al igual que en otras comidas se echa cerveza, champán o sidra.
¡Creo que ha sido uno de los experimentos más exitosos que he hecho! La receta no tiene complicación, es un tradicional guiso de pollo con patatas, pero cocinado con coca cola, tanto la carne como el acompañamiento. Le da un toque distinto, mientras que el vino evapora el alcohol y también da sabor, el refresco proporciona un sabor añadido el cual, en mi opinión, le queda muy bien.
Pero como todo en esta vida, tendréis que experimentar vosotros y decidir si de vez en cuando cambiáis el alcohol por resfresco ;)
Ingredientes
- 6 muslos de pollo.
- 1-2 zanahorias.
- 1 cebolla pequeña o media grande.
- 1 pimiento pequeño (opcional).
- 1-2 dientes de ajo.
- 1 rama de perejil.
- 1 bote de tomate frito (no se usa todo).
- 1 botella de Coca cola (puede valer de 1,5 litros; no se usa toda).
- Patatas al gusto.
- Champiñones al gusto.
Preparamos el
sofrito en una olla; para ellos picamos la cebolla, el ajo y el pimiento todo
muy finito. Esperamos a que la cebolla se dore un poco y echamos los muslos de
pollo.
Les vamos dando
vueltas para que no se peguen y, cuando estén algo dorados por fuera o no
veamos piel cruda, añadimos un poco de tomate frito, removemos bien y echamos
un buen chorro de coca cola (por la mitad de los muslos). Dejamos que hierva
para que se termine de hacer la carne.
Mientras, lavamos
las zanahorias y las picamos en trozos pequeños. Si los champiñones son
naturales, los lavamos (en caso de que sea necesario también los cortamos en
trozos o los partimos por la mitad si vienen laminados grandes).
Cuando el pollo esté
hecho lo retiramos de la olla y reservamos en un plato. Si queda un poco
sangrante no pasa nada, lo volveremos añadir a la olla para que coja más sabor.
Hacemos este paso para que no se deshaga la carne mientras cocemos las
zanahorias y las patatas. Echamos las zanahorias y los champiñones, añadiendo
un poco más de coca cola (que cubra las verduras) y dejamos que se cuezan.
En tanto, pelamos y
picamos las patatas en cuadrados o como si fuésemos a hacer patatas bravas. Sin
embargo, en lugar de echarlas directamente en la olla, las pasamos un poco por
la sartén, que se dore un poco por fuera. Las añadimos al resto (si es
necesario añadimos más coca cola) cuando las zanahorias estén casi o
completamente hechas y dejamos que las patatas se terminen de hacer. Poco antes
de que esto ocurra, volvemos a meter el pollo para que se caliente y acabe de
cocinar.
Lo ideal es que con
cada ingrediente que se ponga en la olla añadamos más refresco, para potenciar
el sabor y que se cocine. Pero sólo en caso de que se consuma el líquido.
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